Charges against Talbert

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Bishop Wenner

Bishop Wenner

When the United Methodist Council of Bishops met during its mid-November meeting, it requested that a formal complaint be filed against retired Bishop Melvin Talbert for performing an October 26 same-sex union in Alabama. Talbert had been asked not to perform the ceremony – which is prohibited by The United Methodist Church ­– by the active bishop in the area, as well as from his colleagues on the Council of Bishops.

The Council of Bishops assigned Bishop Debra Wallace-Padgett of the North Alabama Conference and Bishop Rosemarie Wenner, president of the council and episcopal leader of the Germany Area, to file the complaint.

Good News contacted the bishops in order to discover the progress of the charges against Talbert.

According to their statement: “Bishop Wallace‐Padgett and Bishop Wenner are following the processes outlined in the church law, and have had several conversations to discern their next steps, both via telephone and meeting in person in Washington D.C. in December for discussion and prayer. They anticipate that they will complete the process before the executive committee of the Council next meets in mid-January.”

“We do this in a spirit of hope that God’s work of justice, reconciliation, and healing may be realized,” Bishop Wenner said. “Bishop Wallace-Padgett and I ask for your continued prayers for all involved in this process and the church as a whole.”

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General Conference Delegates Cut

By Walter Fenton –

Fenton

Fenton

For the first time since the creation of the United Methodist Church the number of delegates slated to attend General Conference has been reduced. At its October 2013 meeting the Commission on the General Conference voted to reduce the number of delegates from approximately 1,000 to 850.

In November, the Rev. L. Fitzgerald Reist II, secretary of the General Conference, announced the precise apportionment of delegates to the various annual conferences in the United States and worldwide. Reist noted he is required to apportion delegates based on the figure supplied by the commission and a formula contained in the Book of Discipline. The application of the formula revealed that 864 delegates have been apportioned for General Conference 2016 to be held in Portland, Oregon, May 10-20.

Nearly every annual conference in the US will send a smaller delegation to General Conference 2016; several delegations will remain the same size they were in 2012.

However, the combination of the commission’s decision to reduce the number of delegates and the application of the Book of Discipline formula affects US annual conferences in dramatically different ways. For instance, the size of the California-Nevada and California-Pacific annual conferences’ delegations will remain the same as they were in 2012, six and eight delegates respectively. Conversely, both the North Georgia and Oklahoma delegations will each lose four delegates—a 15.4 percent reduction for the former and a 22.2 percent loss for the latter.

The impact on jurisdictions will vary widely as well. The Western Jurisdiction will lose two delegates for a 6.25 percent reduction, while the Southeastern Jurisdiction will lose 32 delegates for a 14.5 percent loss.

While the commission has been given authority to set the number of delegates to attend General Conference from anywhere between 600 to 1,000 delegates, it has no authority to change the formula for apportioning them. That authority resides with the General Conference.

Commission chairwoman Judi Kenaston and Reist stated that one of the main reasons the commission voted to reduce the number of delegates was the conviction that “a smaller General Conference [would] allow for a slightly better sense of community and a better chance to provide an environment for Christian Conferencing.” Commission members voted 14-2 in favor of the reduction. Kenaston and Reist noted that the two members opposed actually wanted a larger cut.

While the reduction in the number of delegates will reduce the costs of General Conference, Kenaston and Reist said financial considerations were not the driving factor in the reduction. “The commission’s intention,” they said, “is to make General Conference more effective.

Walter Fenton is the development director for Good News.

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La minoría silenciosa del metodismo

Por Charles, W. Keysor, Editor Fundador de GOOD NEWS

Dentro de la Iglesia Metodista de los Estados Unidos existe un grupo silencioso minoritario. Este no tiene representación en los altos concilios de la iglesia. Sus miembros no parecen tener gran influencia en Nashville, Evanston, o en Riverside Drive. Sus conceptos a menudo son aborrecibles para los oficiales metodistas de la conferencia anual y a nivel nacional.

Me refiero a aquellos metodistas que en diversos tiempos se llaman “evangélicos” o “conservadores”, o “fundamentalistas.” Una descripción más acertada es “ortodoxos,” porque estos hermanos se atienen a un entendimiento tradicional de la fe cristiana.

Los metodistas ortodoxos vienen en diversas formas, tamaños, y colores. Pero, desafortunadamente, la riqueza y sutiliza del pensamiento ortodoxo muchas veces son pasados por alto y/o malentendidos. Hay una profunda intolerancia latente en la mente de muchos metodistas hacia la minoría silenciosa ortodoxa. Esto es en cierto sentido una paradoja porque este espíritu poco fraternal abunda en un tiempo cuando se habla mucho del ecumenismo en el metodismo- que significa una franqueza hacia aquellas creencias y tradiciones con las que pudiéramos diferir.

Sin embargo, parece ser un reflejo intelectual considerar al hermano ortodoxo como uno que es ipso facto, cerrado, ingenuo, polémico, y potencialmente cismático.

Este estereotipo contiene una sombra de la verdad. La ortodoxia es más compleja y más profunda de lo que sus críticos se percatan. La honestidad intelectual- sin hablar del amor cristiano- demanda más objetividad que la que la iglesia le otorga a la minoría silenciosa.

El Diccionario Webster nos indica que la palabra ortodoxo significa “conformarse a la fe cristiana como fue formulada en los credos y confesiones de la Iglesia.” Estos son católicos, luteranos, reformados, y anabaptistas, que quiere decir que la ortodoxia es la esencia del ecumenismo. Pero, ¿qué es la ortodoxia?

En realidad, no hay ningún misterio. Nosotros los ortodoxos creemos que la fe cristiana es declarada ampliamente en la Santa Escritura y está resumida de manera sucinta en el Credo de los Apóstoles. Nosotros creemos que esta es la esencia de la fe, doctrinalmente hablando.

La ortodoxia en América ha desarrollado un epicentro teológico conocido como “los cinco fundamentos.” Esto no quiere decir en lo absoluto que representan el todo de la doctrina ortodoxa como muchos erróneamente lo suponen. En cambio, estos cinco puntos constituyen una base común para todos lo que son verdaderamente ortodoxos. Más allá de esta base común existe un enrome campo de verdad cristiana donde los cristianos ortodoxos están en un desacuerdo vigoroso.

A pesar de la amplitud del alcance de la doctrina ortodoxa, uno debe examinar los cinco fundamentos para poder entender el punto de vista ortodoxo.

1) La inspiración de la Escritura. La ortodoxia cree apasionadamente que la Biblia entera es la verdad eterna e infalible de Dios. Algunas partes de esta verdad son más importantes que otras (Isaías 5 está por encima de Esther, por ejemplo), pero todo en las Escrituras tiene un significado sagrado. Alguna cosa no es cierta porque aparece en la Biblia; creemos que está en la Biblia porque esta misma cosa es cierta. La ortodoxia cree que Dios ha expresado la verdad escritural a través de la personalidad humana por medio del Espíritu Santo de Dios. Una ortodoxia distorsionada limita la inspiración a la versión del Rey Santiago (King James Version), como si Dios la hubiera bajado del cielo de un hilo allá en el año 1611. Otra mutación desafortunada de la doctrina ortodoxa es la idea del dictado mecánico: que los seres humanos no fueron más que estenógrafos, anotando mecánicamente cada jota y tilde dictada por el cielo.
La ortodoxia verdadera rechaza estos puntos de vista equivocados de la inspiración. En vez de esto, la ortodoxia histórica considera la inspiración de la Escritura como una actividad dinámica y continua del Espíritu Santo:
Primero– El Espíritu de Dios inspiró a los autores originales, causando que ellos pudieran percibir y anotar la verdad de Dios en sus propios estilos literarios que Dios les había otorgado. (Por eso la diferencia entre Santiago y Ezequiel.)
Segundo– El Espíritu actuó a través de los traductores, redactores y cuerpos de canonización para preservar la Escritura de algún esfuerzo durante el largo y arduo proceso de transmisión hasta el día presente.
Tercero– El Espíritu capacita a los creyentes para captar el significado deseado de Dios en la Escritura. ¡Tratar de entender la Escritura sin la inspiración instructiva del Espíritu es tan imposible como tratar de que vuele un avión sin alas y sin motor! Por eso, la ortodoxia pura considera cualquier hermenéutica que menosprecia o minimiza la obra triplicada de la inspiración dinámica del Espíritu como inválida.

(2) El nacimiento virginal de Cristo. Creemos que nuestro Señor fue, literalmente, “concebido por el Espíritu Santo, nacido de la virgen María.” Esto tiene que ser cierto, de otra manera no fuese escrito y transmitido por la Santa Escritura. ¿Es ingenuo? Si es así, nosotros quienes somos ortodoxos aceptamos el distintivo- junto con tales hombres de fe igualmente ingenuos como los autores de Mateo y Lucas, San Agustín, Martín Lutero, Juan Calvino, y nuestro propio Juan Wesley.
Nosotros no creemos en Jesús por las circunstancias poco comunes alrededor de su entrada al mundo vía la Encarnación. Al contrario, nuestra experiencia del señorío de Cristo nos enseña empíricamente lo que la Escritura dice- que todo el reino natural está sujeto a su autoridad soberana. Por lo tanto, Cristo no está sujeto a las leyes conocidas de la “ley natural.” El orden, la unidad y la coherencia del cosmos entero están centrados en Cristo. Si creemos esto de él, lógicamente podemos creer que nuestro Señor pudo nacer de una virgen- tal y como la Biblia lo relata.

(3) El sacrificio expiatorio de Cristo. Lo que sucedió en el Calvario es un misterio que no se puede explicar adecuadamente por teorías y/o analogías. La Escritura parece justificar varias explicaciones de la Expiación. Al tratar de entender este misterio de misterios, el teólogo viene a ser como un ingeniero dispuesto a localizar el canal principal del rio Mississippi en la época que se inunda. El rio abarca dos millas de ancho, pero un examen cuidadoso manifiesta sin duda el canal principal del rio.
La ortodoxia mantiene que el canal principal de la verdad de la Expiación está en el tema de la substitución: de alguna manera al estar Cristo en la cruz esto pagó el precio de la transgresión que un Dios justo y santo demandaba propiamente. Naturalmente reconocemos cierta validez en “la influencia moral” y otras teorías. Pero la ortodoxia cree que es más correcto decir que nuestro Señor “por un mundo de pecadores perdidos fue muerto.”

(4) La resurrección física de Cristo. Creemos que el cristianismo es una farsa a menos que Cristo haya resucitado corporalmente de la tumba- tal y como lo relata la Escritura. No creemos que la Biblia haría tan gran énfasis en su resurrección corporal de la muerte si no fuera cierto. Francamente, estamos cansados de teorías ingeniosas que hacen de la Resurrección solo un sueño imaginario de los cristianos primitivos. Lo que sí convence es el Espíritu de nuestro Señor resucitado quien da testimonio a nuestros espíritus que “¡Él vive!”

(5) El regreso de Cristo. Los cristianos ortodoxos mantienen varios puntos de vista respecto al lugar que ocupa la Parusía en el orden del fin. Pero todo verdadero creyente ortodoxo concuerda que Jesucristo regresará físicamente para “juzgar a los (vivos) y a los muertos.” No consideramos el pasaje del Gran Juicio (Mateo 25:31-46) como una enseñanza parabólica; al contrario, creemos que es una profecía literal del juicio futuro que Cristo ejecutará cuando él venga otra vez.

La ortodoxia corrompida ha hecho de la especulación milenaria una religión ilusoria. Esto claramente ignora la enseñanza de Jesús que la hora de su aparición solo reposa en la mente de Dios. No era la intención de Jesús que sus discípulos perdieran el tiempo en fijar las fechas. ¡No debemos perder el tiempo con la mira en el cielo como si esperásemos con una bienvenida a un Héroe que viene a resolver los problemas del mundo!

Sin embargo, debemos hacer nuestra luz cristiana resplandecer en un mundo obscuro. Nuestro llamado es redimir el tiempo porque los días son malos. Esto excluye dos extremos: (1) fijar fechas del su regreso; (2) señalar de manera negativa al hecho de que las expectativas cristianas antiguas no se han cumplido de acuerdo al calendario del hombre. A ambas cosas, la ortodoxia dice, “¡Estad listos! Pero al esperar confiadamente, sed un Cristo para vuestro vecino.”

La ortodoxia se aferra con gozo a la “bendita esperanza” del regreso físico de Cristo. Esta expectativa nos afirma para vivir en estos días. Una de las características más pronunciadas de la ortodoxia auténtica es su sentido vibrante de la expectativa escatológica. Este es el don para aquellos que se aferran a la “bendita esperanza” mientras que vivimos en la zona crepúsculo de la escatología, entre la promesa y el cumplimiento.

¿Cuántos creyentes ortodoxos hay entre el pueblo llamado metodista?
Probablemente un buen número. La evidencia es elusiva pero algunas pistas merecen examinarse. Para empezar, más de 10,000 iglesias metodistas están usando materiales de educación cristiana basada en la teología ortodoxa. Estos materiales son provienen de Nashville sino de Elgin y Wheaton, Illinois, y Glendale, California.

La teología no es la única razón por la que esta extensa deserción existe (el precio, los servicios prestados por las editoriales, y la metodología educativa son todos factores importantes). Pero tampoco se puede descartar la teología por los metodistas conscientes que meditan el asunto. La tenacidad con la que tantos metodistas abrazan la literatura no-metodista sugiere rotundamente la existencia de un estrato ortodoxo en la base popular del metodismo.

Otra pista fue descubierta durante los preparativos de nuestro nuevo Himnario Metodista. Encuestas de los gustos musicales mostraron una fuerte inclinación por “aquellos buenos” cantos góspel. Por supuesto que hay varias razones para esto. Una de las más importantes es que esta música góspel enfatiza fuertemente los cinco fundamentos que el mismo Evangelio enfatiza. Una razón por la permanencia de la música góspel es el interés persistente en el Evangelio.

¿Cuál es el futuro de la ortodoxia dentro de la Iglesia Metodista? La persecución no es imposible porque recientemente un alto dirigente en Nashville fue escuchado decir, “¡Vamos a acabar con los últimos vestigios del fundamentalismo en la Iglesia Metodista!”

Durante la vida del autor, un obispo metodista amenazó con despedir a cualquier hombre que afirmara desde el púlpito la Segunda Venida de Cristo. Sin embargo, es más probable la predicción objetiva hecha por el Dr. Paul Hessert, profesor de teología histórica en el Seminario Teológico Garrett. Él prevé un eclipse continuo de la influencia ortodoxa dentro del ministerio metodista que ha sido entrenado por el seminario. También predice que la ortodoxia continuará entre el laicado- y, por lo tanto, permanecerá fuerte entre los predicadores suplentes.

Respecto a la jerarquía de la iglesia, el Dr. Hessert cree que la influencia liberal contemporánea poco a poco cederá ante las nuevas teologías que representan una evolución del liberalismo al estilo antiguo. La neo-ortodoxia irá perdiendo su influencia, cree él. El motivo es que la neo-ortodoxia es esencialmente una postura de compromiso y sus adherentes tienden a deslizarse- principalmente hacia el nuevo liberalismo.

La ortodoxia parece ser destinada a permanecer como la minoría silenciosa del metodismo. He aquí el reto: ¡Nosotros los que somos ortodoxos tenemos que llegar a ser la minoría ya-no-silenciosa! La ortodoxia debe despojarse de su complejo inferior de “primito pobre” y entrar de frente al debate teológico del día. Nosotros los ortodoxos debemos declarar con denuedo nuestro entendimiento de la verdad cristiana, tal y como Dios nos ha dado estas convicciones. Debemos hablar en amor pero con valentía profética, y dispuestos a sufrir.

Pero a pesar de las consecuencias, tenemos que ser escuchados en Nashville, en Evanston y en Riverside Drive. Pero sobre todo, se nos debe escuchar en miles de púlpitos porque el pueblo llamado metodista nunca terminará de tener hambre de las buenas nuevas de Jesucristo, encarnado, crucificado, resucitado, y que viene pronto.

No debemos hablar como fanáticos ultra-conservadores tratando de subvertir el “orden establecido” y re-crearlo en nuestra época ortodoxa. En su lugar, debemos hablar con nuestros hermanos cristianos como a hermanos cristianos, confiando que Dios dirigirá y prosperará nuestro testimonio a la verdad según la apreciamos en Jesucristo nuestro Señor.

El difunto Charles Keysor fue el editor fundador de Good News. Reimpreso de Christian Advocate, 14 de julio, 1966. Derechos de Reproduccion © 1966 por The Methodist Publishing House.

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La misión de Good News

Good News

Good News ha sido una voz independiente y evangélica dentro de la Iglesia Metodista Unida desde 1967. Desde su comienzo, hemos sido una comunidad de creyentes que tienen una pasión por ver a nuestra denominación renovada. Como un movimiento, Good News ha sido un faro de esperanza para los metodistas unidos tradicionales al instar a la iglesia a ser fiel a los principios escriturales de su herencia histórica wesleyana.

En otras palabras, queremos ver a la Iglesia Metodista Unida centrada en Jesucristo. Además, queremos ver a nuestra iglesia ocupada en el ministerio vivo, produciendo discípulos de Jesucristo, y transformando el mundo.

La revista Good News y su sitio web han permanecido audaces, informativos, y foros de inspiración para los metodistas unidos. Manteniendo la visión wesleyana, publicamos tanto de nuestra mente como de nuestro corazón. Estamos muy atentos a los asuntos complejos que la iglesia afronta y nuestra alta prioridad son historias edificantes e inspiradoras.

Good News siempre ha sido un ministerio del metodismo unido con una voz constante que refleja nuestras convicciones evangélicas. Aunque estemos dialogando con obispos o iglesia locales, agencias generales o la Conferencia General, el Servicio Noticiero de la Iglesia Metodista Unida [the United Methodist News Service] o la Prensa Asociada [the Associated Press], Good News sigue siendo mesurado y apasionado al expresar la ortodoxia vibrante.

Good News cree que la oración hace una diferencia. Más aun, creemos que la oración intencional y dirigida es la vía más efectiva para la renovación dentro de la Iglesia Metodista Unida. Invitamos a los metodistas unidos a orar para vitalidad, crecimiento, fidelidad, y para el alcance de nuestra denominación.

Desde la Conferencia General de 1980, Good News ha hecho un intento bien organizado y serio para renovar y reformar la Iglesia Metodista Unida a través del sistema legislativo. Good News tiene un equipo entrenado presente para el período de los diez días de la Conferencia General para monitorear las sesiones legislativas y las actividades del piso con nuestros compañeros de la Coalición para la Renovación y Reforma (Renewal and Reform Coalition). Good News y la Coalición apoyan los grupos locales de renovación para asegurar que sus delegados sean elegidos a las conferencias General y Jurisdiccional para poder traer cambio y renovación a través de la estructuras oficiales de nuestra iglesia.

Estas son solo algunas de las maneras en que Good News ha trabajado fielmente para el avivamiento espiritual y para la reforma de la organización. Nuestra misión es conducir al pueblo dentro de la Iglesia Metodista Unida a la práctica fiel y vibrante del cristianismo ortodoxo wesleyana.

Una Mesa Directiva de 23 miembros, tanto clérigos como laicos, da dirección en su política y guía financiera a Good News. No recibimos ningún financiamiento de la denominación. Nuestro apoyo viene del pueblo de los metodistas unidos como usted quienes creen en lo que estamos haciendo. Congregaciones locales también apoyan a Good News a través de su presupuesto demisiones u ofrendas especiales.

Ponemos en alta estima el poder dar cuenta de nuestra responsabilidad y la confianza. Estamos comprometidos a una buena mayordomía de los fondos que nos han sido encomendados por nuestros amigos y donantes. Por esta razón, somos un miembro fundador del Concilio Evangélico para la Responsabilidad Financiera (ECFA).

Hemos publicado esta edición especial introductoria de Good News para que usted tenga un buena apreciación de por qué existimos, lo que creemos, y la visión que tenemos para la Iglesia Metodista Unida para que tenga un futuro fiel.

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La Afirmación de Junaluska

Lo que creemos

La Afirmación de Junaluska

La Junta de Directores de Good News adoptó esta declaración teológica durante su reunión en Lake Junaluska, Carolina del Norte, en octubre de 1975.

Preámbulo

En una época de pluralismo teológico, Good News y otros evangélicos dentro del metodismo unido se han visto en la necesidad de reafirmar la fe histórica de la Iglesia. Nuestro entendimiento teológico de esta fe ha sido expresado en el Credo de los Apóstoles, el Credo Niceno, y en los sermones estándar y las Notas Explicativas sobre el Nuevo Testamento de Juan Wesley. Afirmamos en su totalidad la validez e integridad de estas expresiones de la verdad bíblica y las reconocemos como las bases doctrinales de nuestra denominación.

También reconocemos que nuestra situación demanda una nueva declaración contemporánea de estas verdades. La unificación de dos grandes tradiciones, los Hermanos Unidos Evangélicos y la metodista, ambas con sus fieles testimonios a la fe histórica, la Confesión de Fe y los Artículos de Religión, nos dan mayor impulso para esta declaración. Además, reconocemos el mandato que la declaración doctrinal de la Conferencia General de 1974 ha depositado en “todos sus miembros para aceptar el reto de una reflexión teológica responsable.” Por consecuencia, ofrecemos a la Iglesia Metodista Unida esta afirmación teológica del cristianismo bíblico.

La Santa Trinidad

El cristianismo bíblico afirma la existencia de un Dios eterno que se ha revelado como Padre, Hijo, y Espíritu Santo- tres Personas iguales pero distintas, misteriosamente unidos en la Deidad que la Iglesia ha descrito como la Santa Trinidad.

Dios el Padre

El cristianismo bíblico afirma que la primera Persona de la Santa Trinidad, Dios el Padre, es el Ser Eterno y su reino es supremo. Él ha proveído un pacto a través del cual sus criaturas pueden ser redimidas y por el cual su creación será liberada de toda maldad y será llevada a la justicia final al final de los tiempos.

Dios el Hijo

El cristianismo bíblico afirma que la segunda Persona de la Santa Trinidad, el Hijo eterno, encarnó como el Hijo nacido de la Virgen María, Jesús de Nazaret, el Cristo. En su Persona única, nos reveló tanto la plenitud de la deidad como la plenitud humana. A través de su vida, sufrimiento, muerte, resurrección y ascensión, él proveyó la única vía de salvación. Su sacrificio en la cruz fue para reconciliar a los pecadores con el santo Dios de una vez por todas, así proveyendo el único acceso al Padre. Ahora él intercede como el Sumo Sacerdote ante el Padre, esperando el día en que volverá para juzgar a toda persona, viva o muerta, y así consumar su reino.

Dios el Espíritu Santo

El cristianismo bíblico afirma que la tercera Persona de la Santa Trinidad, el Espíritu Santo, estaba activo desde el principio de la creación, la revelación y la redención. Fue a través de su unción que los profetas recibieron la Palabra de Dios, los sacerdotes vinieron a ser intermediarios entre Dios y su pueblo, los reyes fueron investidos con autoridad para reinar. Aunque en el Antiguo Testamento la presencia y el poder del Espíritu fueron dados con medida, en Jesús de Nazaret el Ungido fueron dados sin medida. El Espíritu convence y llama al perdido, da nueva vida al penitente, y habita en el creyente, perfeccionando la santidad y capacitando a la Iglesia para que cumpla la misión de Cristo en el mundo. Vino a morar en su Iglesia en el Pentecostés así habilitando a los creyentes para dar fruto y dotándolos de dones espirituales según su voluntad. Él da testimonio de Cristo y guía al pueblo de Dios a la verdad. Inspiró las Santas Escrituras, la Palabra escrita de Dios y aún sigue iluminando a su pueblo en cuanto a su voluntad y su verdad. Su dirección siempre armoniza con Cristo y con la verdad dada en las Santas Escrituras.

La humanidad

El cristianismo bíblico afirma que el hombre y la mujer fueron formados a la imagen de Dios y que son diferentes a todas las demás criaturas de Dios.  La intención de Dios es que le glorifiquemos y nos gocemos con Él para siempre. Desde la Caída de Adán, la corrupción del pecado ha contaminado cada persona y se ha extendido a las relaciones sociales, los sistemas de la sociedad, y toda la creación. Esta corrupción es tan extensa que no somos capaces de responder positivamente a la oferta de Dios de la Redención, excepto por la gracia previniente, o preparadora, de Dios. Podemos ser salvos de la corrupción del pecado solo por la obra justificante, regeneradora y santificadora del Dios trino e irnos conformando cada vez más a la imagen de Cristo, y así ser restaurados a las relaciones que Dios ha dispuesto para nosotros.

Las Santas Escrituras

El cristianismo bíblico afirma el Antiguo y el Nuevo Testamento como la única y escrita Palabra de Dios. Las Santas Escrituras contienen todo lo necesario para conocer la santa y soberana voluntad de Dios, a Jesucristo el único Redentor, la salvación, y de nuestro crecimiento en la gracia. Las Escrituras se reciben a través del Espíritu Santo quien es el guía y la autoridad final de la fe y de la conducta de los individuos así como de las doctrinas y la vida de la iglesia. Cualquier cosa que no esté claramente revelado o establecido como verdad por las Santas Escrituras no puede ser un requisito como artículo de fe o ser enseñado como necesario para la salvación. Cualquier cosa que sea contraria a las enseñanzas de las Santas Escrituras también es contraria a los propósitos de Dios y debe, por lo tanto, ser opuesto. La autoridad de la Escritura proviene del hecho que Dios, a través de su Espíritu, inspiró a los autores, capacitándolos para percibir la verdad de Dios y anotarla acertadamente. Es evidente que las Santas Escrituras han sido preservadas durante el largo proceso de su transmisión pasando por copistas y traductores, y atribuimos tal preservación acertada a la obra del Espíritu Santo. Estas Escrituras son la autoridad suprema para que la Iglesia enseñe, predique, testifique, identifique error, recobre al errante, y entrene a los creyentes para el ministerio en y a través de la Iglesia.

Salvación

El cristianismo bíblico afirma que Dios ofrece salvación a una humanidad pecadora y a un mundo perdido a través de Jesucristo. Por su muerte en la cruz el Hijo sin pecado propició la santa ira del Padre, una ira justa ocasionada por el pecado. Por su resurrección de los muertos, el Hijo glorificado nos eleva a una novedad de vida. Al apropiarnos por fe de la obra propiciatoria de Jesucristo somos perdonados, justificados, regenerados por su Santo Espíritu, y adoptados en la familia de Dios. Por su gracia, santifica a sus hijos, purificando sus corazones por medio de la fe, renovándolos en la imagen de Dios, y capacitándolos para amar a Dios y al prójimo con todo el corazón. La plenitud de la gran salvación de Dios vendrá con el regreso de Cristo. Este evento cósmico será la señal de la resurrección de los salvos a la vida eterna y de los pecadores a la condenación eterna, la liberación de la creación de la maldición adámica, la victoria final sobre toda potestad y dominio, y el establecimiento del nuevo cielo y la nueva tierra.

La Iglesia

El cristianismo bíblico afirma que la Iglesia de Jesucristo es la comunidad de todos los verdaderos creyentes bajo su Señorío soberano. Esta Iglesia, el Cuerpo de Cristo, es una porque comparte un mismo señor, una fe, un bautismo. Es santa porque le pertenece a Dios y ha sido apartada para sus propósitos en el mundo. Es apostólica porque participa de la autoridad otorgada a los apóstoles por el mismo Jesucristo. Es universal porque incluye a todos los creyentes, los vivos como los muertos, en cada nación, sin tomar en cuenta la afiliación de denominación. Su autenticidad se encuentra dondequiera que la Palabra de Dios pura es predicada o enseñada; dondequiera que se celebre el Sacramento del Bautismo y la Santa Comunión en obediencia al mandamiento de Cristo; dondequiera que los dones del Espíritu Santo edifiquen el Cuerpo y traigan crecimiento espiritual; dondequiera que el Espíritu de Dios crea un compañerismo amoroso y bondadoso y una fidelidad en testimonio y servicio al mundo; y dondequiera que se administre la disciplina con amor bajo la guía de la Palabra de Dios. La Iglesia, como la Esposa de Cristo, al final se unirá con su Señor en una gloria triunfante.

Ética

El cristianismo bíblico afirma que somos obra de Dios, creados en Jesucristo para buenas obras. Estas obras son expresiones de amorosas de gratitud por el creyente por la nueva vida recibida en Cristo. No se gana la salvación ni son un sustituto de la obra redentora de Dios. Más bien, son el resultado de la regeneración y se manifiestan en el creyente como evidencia de una fe viva.

Dios nos ha llamado a hacer justicia, amar la bondad, y andar en humildad con Él. En las Escrituras se encuentran las normas y los principios que guían al creyente en su camino. Estos imperativos éticos, los cuales son aceptados voluntariamente por el creyente, nos capacitan para ser parte de los propósitos de Dios en el mundo. Por encima de esto, esto nos llama a una obediencia que no se priva en su disposición para sufrir por causa de la justicia, incluso hasta la muerte. Nuestra vida en Cristo incluye una devoción dadivosa en actos de bondad y misericordia y una participación total en esfuerzos colectivos para aliviar la necesidad y el sufrimiento. El creyente trabajará por la honestidad, la justicia y la equidad en asuntos humanos; todos estos dando testimonio de los derechos inherentes y la dignidad básica que es común para todo ser humano creado a la imagen de Dios. Tales asuntos contemporáneos como el racismo, la vivienda, la ayuda social del gobierno, la educación, el marxismo, el capitalismo, el hambre, el crimen, el sexismo, las relaciones familiares, la senectud, la sexualidad, las drogas y el alcohol, el aborto, el placer, la pornografía, y asuntos relacionados nos llaman a meditarlo en oración, a un análisis detenido, y a la acción apropiada de los cristianos, así como siempre debe permanecer como una preocupación de la Iglesia. Por tanto, recordamos que la fe sin obras está muerta.

© 1975 Forum for Scriptural Christianity Within The United Methodist Church (Good News.) Permission is hereby granted to reproduce this document without alteration, providing credit is given to copyright holder.

The Junaluska Affirmation was developed from the work of a Good News-appointed Theology and Doctrine Task Force chaired by the Rev. Dr. Paul A. Mickey, who was then Assistant Professor of Pastoral Theology at Duke Divinity School in Durham, North Carolina. Additional task force members included: the Rev. Riley Case (retired Indiana Annual Conference clergy); the Rev. Dr. James V. Heidinger II (retired President and Publisher of Good News); the late Rev. Dr. Charles V. Keysor (Founding Editor of Good News); the Rev. Dr. Dennis F. Kinlaw (retired President of Asbury College in Wilmore, Kentucky); Mr. Lawrence Souder (retired layman from Centerville, Ohio); the late Rev. Dr.

Frank B. Stanger (former President of Asbury Theological Seminary in Wilmore, Kentucky); and initially, the Rev. Dr. Bob Stamps, who was then Chaplain at Oral Roberts University in Tulsa, Oklahoma.